Impresiones con Shinobi; el maestro Musashi rejuvenece en Switch
¡Probamos la mejor versión del mítico juego!
¡Ah! El legendario arcade de los últimos años de los 80. Corriendo bajo la venerable placa de SEGA System 16, Shinobi se concibió como un arcade lineal de dificultad medida que exige aprendizaje continuo, muchas monedas de 5 duros y la perseverancia de todo un campeón. Lo bueno es que la fórmula es todavía hoy vigente —ha envejecido realmente bien— y que a pesar de sus limitaciones, el trabajo de M2 en la línea SEGA AGES sigue siendo exquisito, proponiendo suficientes novedades como para que nos gastemos los 7 € de rigor y estrujemos al máximo esta bendita gloria arcadiana.
Porque si de algo se puede caracterizar de primeras el trabajo de SEGA es de su espíritu arcade. Se trata de la esencia del diseño medido al límite, de la curva de dificultad pensada para que el jugador crea que lo tiene dominado hasta que se encuentra con el próximo escollo que lo hace sufrir y desear que la paga semanal fuera más grande, del apartado técnico justo para atraer en 1987 al monitor CRT a los adolescentes del barrio y, en definitiva, de convertirse en carne de conversión para todo sistema doméstico que se preciara, aunque el resultado fuera algo irregular...
Uno de los filtros gráficos activados nos pone frente a la recreativa virtual del juego |
En cualquier caso, esta nueva versión que nos trae es la que acaba de aterrizar en el catálogo digital de Switch por obra y gracia de los notabilísimos M2 y las ansias de SEGA de volver a rebuscar en el fondo de armario. Así pues, aunque en realidad vuelva a tratarse de un juego muy crudo hijo de su tiempo, por otro lado podremos disfrutar de algunas opciones extras que nos dejan hackear la ROM del juego a nuestro antojo alargando un tanto la experiencia repleta de shurikens, ninjas y rehenes a los que rescatar.
Si somos capaces de pasarnos los niveles sin disparar obtendremos un bonus especial |
Shinobi es un juego de desplazamiento lateral puro, en el que la única concesión que tenemos —y que para la época realmente fue un hito— de cambiar de plano mediante un salto acrobático. Ya era algo que por ejemplo antes Namco ofreciera en Rolling Thunder, pero no por ello sigue siendo un componente jugable muy interesante, al incorporar un pequeño toque estratégico a lo que sucede en pantalla. Mediante este cambio de plano podremos, por ejemplo, evitar algunos enemigos, asaltarlos por detrás o aturdirlos cayendo encima de ellos, un movimiento que nos será muy útil con determinado tipo de malos, malotes.
El AGES Mode está concebido para jugadores más inexpertos |
A lo largo de 5 niveles divididos en diferentes fases, contando con el enfrentamiento consiguiente con el boss de fin de fase, nuestro viejo amigo saltará, disparará shurikens infinitos y pegará algún que otro espadazo o patada ninja cuando algún enemigo se le acerque demasiado. Además, contaremos con una suerte de magia o invocación —una por nivel— que nos servirá para despejar la pantalla de todos los indeseables o para provocar un daño considerable al jefe de turno.
Tenemos la posibilidad de continuar por cualquier nivel si hemos llegado a él anteriormente |
La verdad es que nosotros preferimos optar por esto último, y guardar el as en la manga hasta que toque cargarse al jefe final Hablando de estos jefes, son algo inconsistentes, haciendo honor a la verdad, y si ya el primero, Ken-Oh, nos pondrá las cosas complicadas con las puñeteras bolas de fuego —estudiad bien los patrones—, el gigantesco helicóptero del segundo nivel puede ser derrotado fácilmente si sois ágiles, y la cara robótica del tercero os resultará también sencillo si sois capaces de acabar con los minions que vienen justo antes mareados de dar vueltas. Un poco extraño todo esto en Shinobi, aunque bueno, la imaginación de los diseñadores jugaron con un futuro algo distópico y alternativo donde todo tenía cabida. ¡Qué eran los 80, qué narices!
La fase de bonus: elimina 30 ninjas y serás bendecido con vidas extra |
Nuestra misión consistirá en rescatar a un número de terminado de rehenes de las huestes de la organización Zeed, uno de esos conglomerados salchicheros de los 80 que solo pensaban en hacerse con el control del mundo a costa de, precisamente, la humanidad. Una vez que recojamos a las pequeñas, un aviso en pantalla nos anunciará la posibilidad de salir por la puerta al final del nivel y así hasta que acabemos con Nakahara al final del quinto nivel. Espartano, pero al mismo tiempo muy apetecible, ya que todo su desarrollo obedece al clásico esquema de "practica-memoriza-gasta monedas", que recompensa al jugador habilidoso y tenaz y que juega limpio... excepto, quizás, por esos ninjas voladores del final que parecen haber sido un recurso ridículo para aumentar artificialmente la dificultad.
Por desgracia, Marilyn ya no nos da la bienvenida en este nivel |
Sea como fuere, además de poder disfrutar de la experiencia original de una manera más o menos fidedigna gracia a una emulación competente, también podremos aprovechar la coyuntura y al activar el "modo AGES", disfrutar de un Mushashi dopado siempre equipado de la pistola, soportar dos toques antes de morir y tirar para atrás en el tiempo —esto también es posible en el modo arcade— si es que hemos sido tan torpes como para que uno de los enemigos más simplones acabara con nosotros. Podremos disfrutar de continuaciones infinitas, seleccionar nivel al inicio de la partida —siempre que hayamos llegado hasta él anteriormente—, elegir número de vidas, activar un puñado de filtros gráficos o salvar nuestra partida... en fin, todo lo mínimo que puede pedirse a un juego como este en una consola actual.
Las opciones del juego nos permiten personalizar bastante nuestra experiencia |
En realidad todo esto nos lleva a que Shinobi en su momento fue un buen juego. Pura acción non-stop bien medida que combatía su aparente aspecto algo espartano con una jugabilidad a prueba de bombas. La versión para Switch mantiene todo esto, pero añade un toque contemporáneo dirigido a los nuevos jugadores o a aquellos ya entrados en añitos como nosotros que no deseamos complicarnos tanto la vida echando una partidita antes de meterse en el sobre. Conciso, sin aspavientos y justo en lo económico, esperamos ahora como agua de mayo que Shadow Dancer también haga acto de presencia para completar una dupla arcade simplemente mítica.
Encontraréis más info en la web oficial
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